María Origen

Sobre mí

¿Quien soy?

María Origen es el resultado de un camino en continua evolución, dedicado a la observación de cómo funciona el mundo “externo”, la búsqueda interna y de la entrega y confianza en la vida, ambas tres de manera constante y comprometida desde muy temprana edad, la niñez.

retrato en blanco y negro de maría origen mirando a cámara

Sin duda mi origen familiar me marcó de manera profunda y dolorosa, no porque mi familia sea peor ni mejor que otras, si no, por la manera en la que todo fue sucediendo y por la profundidad a la que yo podía sentirlo todo.

 

Desde muy pequeñita estuve en contacto con fuertes emociones de tristeza, soledad, incomprensión, rabia, odio, ganas de morir, rechazo a mí misma, dolor por traiciones…

 

Digamos que, además del peso de los ancestros, tenía el plus de que en el seno familiar no se respiraba paz y salud precisamente. En el cole tampoco iba mejor la cosa, el color de mi piel, la falta de valor propio y un sinfín de cosas más hicieron que me sintiera también allí bastante rechazada.

Conclusión, no entendía nada y no quería estar aquí, quería entender qué clase de juego era la vida y como se jugaba, entender el sentido de mi realidad, no me valía con quedarme en la victima y permitir que mi cuerpo siguiera somatizando.

María Origen es un viaje eterno hacia la sabiduría interna, es una entrega total e incondicional al autoconocimiento y la evolución de la personalidad y del alma, más allá de las creencias que me limitaban.

retrato de maría origen de perfil tocándose con l a mano el cuello y sonriendo

Puedo decir que durante mi infancia y en la adolescencia experimente bastante el sufrimiento interno.

Esto me sirvió muchísimo para observar la profundidad de mis heridas.

Un día descubrí que no era necesario vivirlo todo desde el sufrir, que es mucho más interesante aprender a transitar las experiencias dolorosas, intentar llegar al origen de las cosas para permitirte sentir a través de entender.

Aprender, entender y sentir o ver lo que no veía o me daba miedo, me liberó del peso y la culpa y me acercó a darme el valor que tengo.

Gracias a que dejé que murieran, personajes, patrones heredados, corazas, creencias limitantes y demás, pudieron caerse estructuras internas, así, la esencia pudo guiar mi vida.

Esto lo agradezco cada día, porque cuando no vivimos desde la esencia, vivimos desde el piloto automático, y esto significa que tú no tienes el poder para decidir hacia dónde y cómo quieres que sea tu vida, pero el inconsciente si lo tiene.

Encontré el camino

ahora solo me queda seguir aprendiendo cada día y seguir limpiando lo que me impida continuar con mi evolución personal.